Buena no, buenísima.
A veces
una novela desconocida, de una autora de la que nunca has oído hablar e incluso
que tiene poquitas referencias en Internet te da agradables sorpresas. Sucede poco, pero cuando pasa hay que dar a
conocer la pequeña joya que has descubierto, porque no hay derecho a que haya
novelas como ésta, acumulando polvo en una estantería.
Este el
caso de Corazones Sagrados (Seix Barral) de la
escritora inglesa Sara Dunant, que ha sabido combinar en su libro el rigor
histórico (no en vano estudió Historia en la Universidad) con ingredientes que deberían figurar en
cualquier novela de calidad, a saber: unos personajes fascinantes, una
narración cuidada, y un ritmo perfecto, in crescendo, para dejarte pegada al
libro a medida que te sumerges en él.
Corazones
Sagrados cuenta la historia de Serafina, una novicia que lo es contra su
voluntad en la Italia del siglo XVI. En el convento se vive una particular e
interesantísima lucha de poderes entre las partidarias de la ortodoxia y las
defensoras de las tímidas y tradicionales libertades que hasta el Concilio de
Trento habían disfrutado las monjas.
Serafina vendrá a trastocar el orden del convento y sobre todo las
conciencias de dos mujeres: Zuana, la hermana que atiende el dispensario, y
Chiara, la abadesa.
Los
personajes.
Zuana
acabó ingresando en el convento porque tras la muerte de su padre no tenía
donde ir. Ha encontrado en él su casa, y en el cuidado del resto de las hermanas
la razón de su existencia. Rechaza toda influencia sobre el resto de las monjas
y es lo más parecido a una amiga que tiene la abadesa. Sin embargo, cuando
conoce a Serafina se le encomienda cuidar de ella y en ese momento su mundo se
trastoca. ¿Me lo parece a mí únicamente o Zuana se enamora de la novicia? Tal
afirmación no se puede leer en ningún momento, y la propia Zuana casi nunca se
cuestiona preguntas sentimentales y con todo… “hace diez semanas ni siquiera conocía la existencia de aquella joven (…)
pero ahora su vida entera, incluso la del convento, al parecer, están preñadas
de ella, como si el noviciado de esta muchacha fuera de algún modo una prueba
en la que todos deben participar” . Si, igual me lo parece a mí, pero Zuana
altera sus lealtades e incluso renuncia a lo que más quiere a favor de la
muchacha, así que ¿me lo imagino?
Madonna
Chiara en cambio, representa la templaza, la estrategia, la diplomacia. Su sexo
y su nacimiento le impidieron ser otra cosa que abadesa, pero un personaje así
merecería ocupar un lugar como gobernante
incluso en los peligrosos Siete Reinos. A Chiara la admiras, la comprendes, la
amas, la odias, y la compadeces durante la novela, y al final no sabes qué es
lo que sientes por esta mujer, que
intenta por encima de todas las cosas, mantener la paz en el convento. Pase lo
que pase y le pese a quien le pese.
El
trasfondo.
La
novela no es una historia real. Pero podría serlo. Dunant realiza una
construcción perfecta de la época: de la psicología de los personajes, de las
costumbres y de los intereses del momento. Cuenta todo lo necesario para
entender las cadenas de la Contrarreforma, sin cargar la novela de datos
superfluos. La autora no parece querer exponer un listado de fechas y nombres
para demostrar lo mucho y lo bien que se documenta, sino que comprende que toda
esa labor debe estar al servicio de la construcción de una historia de ficción
que debe enganchar por sí misma. (¡Qué bien harían algunos autores en
diferenciar lo que es una novela de un listado de acontecimientos reales pero inconexos!,
¿Eh, Ildefonso Falcones?).
Al
final, sin embargo, Sarah Dunant nos recuerda que muchas más mujeres de las que
creemos se vieron recluidas contra su voluntad en una orden religiosa. Mujeres
sin devoción que no eligieron su vida sino que
se vieron casadas con Dios por no tener sus familias posibilidad de desposarlas
con otro caballero. Mujeres que tuvieron la mala suerte de coincidir en el
tiempo con la vuelta de la ortodoxia y la clausura más estricta. Encerradas en
vida y sin una Zuana que se apiadara de ellas, o una Chiara que buscara
devolver la paz a la casa de Dios.
Una novela
muy recomendable. Amor, política, intrigas, amistad, misterio, sacrificio.
Corazones humanos.
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