domingo, 15 de junio de 2014

Solo le falta banda sonora

La estrella más brillante de Marian Keyes

En estos libros pasa como con las
pelis de Frank Capra: el nombre del autor
es mayor que el título
 Llevo días pensando en cómo empezar esta entrada. Porque sabiendo que voy a fangirlear como una posesa en ella, que voy a ponerme muy cursi, que ensalzaré escenas aparentemente irrelevantes solo porque en mi imaginación adquieren significados profundos o porque me recuerdan momentos especiales o porque envidio a los protagonistas..... Sabiendo todo eso, tengo que empezar con seriedad. 
Que soy una intelectual y tiene que notarse. Que escribo bien y pienso aun mejor. 
Y sabía que tenía que empezar citando a algún clásico, filósofo a ser posible. Y usar metáforas y anáforas y anástrofes.

Pero es que no puedo.

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¡¡¡JODER, QUÉ LIBRO MÁS BONITO!!!

No, en serio. ¡Es que es súper bonito! Y yo me he enamorado de Matt. Completamente. Me gusta mucho para novio  y resulta que forma parte de un libro ¿Por qué? ¿Qué vida tan cruel es esta que me/nos ha tocado vivir en la que el hombre de tus sueños forma parte de un libro no biográfico?

Va, voy a centrarme y luego vuelvo a hablar de mi amor literario más reciente.

 ¿De qué trata La estrella más brillante?

66, de la calle Star. Dublín. Un extraño narrador, cuya identidad tardaremos mucho en descubrir, nos presenta a los habitantes de este inmueble a los que observa con curiosidad mientras una misteriosa cuenta atrás se pone en marcha.
En el tercer piso conocemos a Katie, una treintañera con verdaderos problemas para que su pareja, Conall, se comprometa a colgarle los cuadros y a todo lo que eso representa. 
Más abajo, los polacos Andrei y Jan comparten piso (que no conviven) con la taxista Lydia, una joven agresiva y muy independiente.
En el primer piso, Jemina, una anciana de 88 años, acoge temporalmente a su hijo Fionn mientras que dure la grabación de su programa de televisión. 
Y por último en la planta baja, encontramos el matrimonio formado por Matt y Meave, una pareja que derrocha desidia y aburrimiento.

¿Punto de partida? La cotidianeidad de las vidas de todos los vecinos. Y más pronto que tarde, el caos. Rupturas inesperadas y problemas de convivencia mientras que el extraño narrador nos da a conocer recuerdos y secretos de los protagonistas. Las historias se entrecruzan y unas se convierten en el desencadenante de otras. 

Mi opinión

Marian Keyes,
tiene cara de ser muy maja
Esta es la primera novela que leo de Marian Keyes y no será la última. Nunca me había llamado especialmente la atención el género chick lit y como seguro sabréis, decir Chick lit y decir Marian Keyes, es hablar prácticamente de lo mismo. Pero ya sea porque me acerco peligrosamente a los 28 o porque he pasado un mes de estrés mental bastante considerable y necesitaba lecturas ligeritas, me animé con una novela de esta autora irlandesa. 

En cualquier caso, según he leído por el poderoso mundo de internet, esta no es una de sus novelas más rosas, sino que por esta época la autora pasó por una depresión y tendió a dar un toque algo más "serio" a sus obras, con lo que, quizá La estrella más brillante no sea su novela más representativa. (Oye, pues no lo sé).

El caso es que a mí me ha encantado la novela. Los capítulos son muy cortitos, con lo que fui víctima del síndrome conocido como "Uno más y ya paro" que pasa mucho con los libros con capítulos cortos, pero también con los bombones y sobre todo con las pipas. 

Me ha gustado mucho la forma de narrar de Keyes. Sencilla pero no simple.Y si bien, encontramos conflictos más o menos simpáticos: lo típico, chico conoce chica, pero chica pasa de él y éste le va detrás y etc. etc.; hay otros más complicados y duros, que te llegan al corazoncito.

Seguramente lo mejor de toda la obra sean los personajes. Una vez desvelado el misterio, (que tampoco es que tenga muchísima enjundia) queda para el recuerdo un abanico de protagonistas encantadores. ¿Será esta la clave del éxito de Marian Keyes? Desde luego debería leer algo más de la autora para llegar a una conclusión fiable pero puedo decir que al menos en esta ocasión, así ha sido.

Mi opinión de quinceañera enamorada loca que sonrie como una idiota cuando lee cosas de chicos guapos 

(entenderé que cualquier diabético se salte esta parte porque le voy a poner hasta banda sonora)




¡Qué gente más adorable hay en este libro!


¡Qué encantadora Jemina cuando le pide a las jovencitas que no llamen al tarot donde ella trabaja porque es todo mentira! 

¿Y qué me decís de la tensión sexual, no siempre resuelta, de Lydia con varios de los personajes masculinos del libro? ¿Se puede ser más jefa que ella? 

Por su parte, Katie y Conall son una pareja casi perfecta. Porque son perfectos pero son casi pareja con lo que la relación entre ambos está salpicada de momentos muy divertidos. 

Pero si hay alguien que me ha llegado a la patata, esos han sido Matt y Meave. Su historia es preciosa, dura y dulce.
Os pongo en situación: cuando el libro comienza, son un matrimonio apalancado en el sofa de su casa. Parece que nada los une y no puedes entender como han llegado hasta esa situación, sobre todo cuando empiezas a saber cómo se conocieron y comenzó su relación. En un momento concreto, este chico que por entonces no era ni novio, ni marido, ni pretendiente, ni nada de nada comprende que Meave saca lo mejor de todo el mundo, los hace ser mejores personas y ese descubrimiento le eleva a él también a los ojos del lector, en este caso lectora, o más concretamente yo.   
Y es ahí, ¿vale? justo ahí, cuando yo me enamoro total y absolutamente del personaje de Matt. Y es que Marian Keyes, ha escrito para ellos una historia maravillosa, llena de momentos cómplices y mágicos y envidiables... Y más.  Conocemos a Meave a través de los ojos de Matt y os puedo asegurar que todos merecemos que, al menos una vez en la vida, alguien nos mire como mira Matt a Meave en ese libro. 

Es decir, ¡¡Poned a un Matt en vuestra vida, por favor!!
 
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Vale, ya está. 
Pues que me ha gustado. 
Y eso. 
XD

Quizá todavía tarde algo en recuperarme de este amor imposible de ser correspondido. Mientras tanto, si alguien lo ha leído y ha flipado igual que yo me gustaría saberlo. O si creéis que debo comprarme la colección entera de Marian Keyes. O si se me ha ido demasiado la olla. O si os encanta la canción, como a mi.  O...

¡Nos leemos!

domingo, 1 de junio de 2014

Top 5: Libros que me han hecho llorar


Cotilleando blogs ajenos con la evidente intención de plagiarlos (ejem, ejem) he descubierto la existencia de los rankings literarios. Ya sea elegir diez libros cada martes, o cinco los miércoles, lo cierto es que estas entradas son de lo más curiosas y entretenidas.
¿Cómo puede ser que esta chica considere a esa pareja la mejor de todas? o ¡Oh, yo también creo que ese libro está muy infravalorado! o ¿Es que nadie conoce mi libro favorito? 
 Y como a todos nos encanta hablar de nosotros mismos y como además, este es un tema que interesa muchísimo y como para más inri no hay ninguna ley divina ni humana que lo prohíba… me he decidido a sumarme, yo también, a esta moda de los ranking literarios y cinéfilos, y me comprometo a ir haciéndolos por propia voluntad e incluso por aclamación popular. Estoy muy espléndida, la verdad.

Y empezamos con un tema así, jovial y dicharachero:

Libros que me han hecho llorar

Cualquier ávido lector sabrá que llorar con un libro es una de esas experiencia que amas y odias. La odias, porque ya es tonto pasarlo mal por propia voluntad. Y en el fondo la amas, porque este montón de papel ha conseguido llegarte muy dentro y tocarte el corazón.Y no es necesario que el libro se convierta en la maldita matanza de Texas y que mueran todos tus personajes favoritos. Basta simplemente con que una situación te resulte reconocible para que se desate la tormenta.

Aquí os dejo mi particular lista. Puede que no estén todos los que son, pero si os aseguro que son todos los que están.


5- Sin familia de Hector Malot (1878)

No hace falta ser un lince para adivinar que un libro, cuyo protagonista es un niño de ocho años y se llama SIN FAMILIA, va a ser más bien triste. Esta es la historia de Remi, un niño que es vendido por su padre adoptivo a un artista callejero (mi adorado Vitalis, el señor mayor de la portada) y que vivirá mil aventuras con él y con otros personajes de diferente ralea buscando, al mismo tiempo, a su familia biológica.  Todo muy dramático, muy miserable, y muy sencillo teniendo en cuenta que en la época no existía ni ¿Quién sabe dónde? ni Internet. No olvidemos que estamos ante un clásico infantil.
Sin familia, no me hizo llorar a mares, pero me dio mucha, mucha pena, y tiene el dudoso honor de haber sido el primer libro, en toda mi vida, que consiguió arrancarme alguna lagrimilla por allá el año 98 (siglo XX, es decir, la prehistoria).

Un día haré un comentario sobre estas portadas. Son de la colección de novela histórica que sacó El País hace unos años y son absolutamente maravillosas: muy simbólicas. El que las diseñó es un genio.

4- Espartaco de Howard Fast (1952)

Porque, obviamente, Espartaco también fue libro antes que película como la inmensa mayoría de historias que vemos en los cines. La historia de la publicación de Espartaco merecería por si sola una entrada que incluyera a J.Edgar, el Mccarthismo, y una larga lista de editoriales cerrando sus puertas por temor al demonio rojo, pero eso lo dejaremos para otro día o para otro ranking.
Espartaco cuenta, a través de recuerdos de numerosos personajes que se cruzaron en su camino, la rebelión de los gladiadores y otros esclavos romanos liderada por el personaje protagonista. ¿Y qué es concretamente lo que me hizo llorar? Pues no fue su final, ya que desde el principio conoces el desenlace de la historia y la suerte del héroe. Sin embargo Espartaco tiene una de las descripciones más vividas, gráficas y conmovedoras de la tortura histórica por antonomasia: la crucifixión. Cualquiera que haya leído la novela, sabe de qué pasaje estoy hablando y se habrá emocionado, como yo, al leerlo.


3- Vida de Pi de Yann Martel (2001).

Vida de Pi  cuenta cuenta lo mismo que la película que ha visto todo Dios sin saber que el libro es mil veces mejor,  la aventura de un joven indio, que tras naufragar el barco en el que viajaba con su familia, tendrá que sobrevivir en medio del océano, en un bote salvavidas y con la única e inquietante compañía de un tigre de bengala.
Esta es, sin lugar a dudas, una de mis novelas favoritas. Y tiene la particularidad de hacerme llorar cada vez que la leo, y cada vez más. De hecho, apenas lo hice la primera vez, pero a medida que me sumerjo más y más en la novela y en la vida de Pi Patel, su sensibilidad me conmueve el doble que la lectura anterior. Solo el capítulo 75 es..... Ay por Dios, el capítulo 75..... ese capítulo. 
Vida de Pi es además de esas novelas en las que descubres nuevos matices cada vez que te reencuentras con ella, (y yo, suelo hacerlo, al menos una vez al año).
Yann Martel eres un auténtico genio!


2- Frankestein de Mary Shelley (1818)

¿Es Frankestein una historia de miedo? Supongo que en su momento y para un público poco acostumbrado a las ambientaciones góticas si lo fue. Pero yo no sentí miedo y si muchísima compasión por todos los personajes, y muy especialmente por el monstruo. Porque sí, Frankestein es el nombre del científico y no de la criatura creada por él en sus delirios de grandeza.
La criatura de Frankestein es de esos personajes, junto al Fantasma de la ópera o Eduardo Manostijeras, a los que desearías abrazar para decirles: "Tranquilo, yo si te entiendo y si estaré contigo". La soledad de todos ellos es desgraciada y tremendamente injusta por inmerecida. Y ESO ME HACE LLORAR, MALDITA SEA.


1-La carretera de Cormac McCarthy(2006)

Y en el número 1 de las historias tristes en mi haber… La carretera. Ya hablé de ella, en una reseña el pasado año, pero para quien no lo sepa esta novela cuenta el viaje de un padre y su hijo, a la búsqueda de una oportunidad de sobrevivir en un escenario post apocalíptico y terrorífico.
Con La carretera no lloré una vez. Ni dos. Ni tres. Creo que pasé más de la mitad de la novela llorando como una descosida, porque hay escenas demasiado fuertes (o yo soy una blandengue). Las descripciones son tan sencillas, pero tan crudas, la situación es tan desesperante y el niño es tan inocente y achuchable, que es casi imposible no conmoverse con la historia.


Hasta aquí la lista de libros para ponerse muy moñas. Me gustaría saber qué libros os han arrancado una lagrimita o si por el contrario pensáis que con poner los informativos ya lloramos lo suficiente. A veces pasa....

¡Nos leemos!